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Comida Italiana

Comida italiana, nuestra favorita

¿Qué es lo que la hace tan irresistible? Todo parece indicar que el amor por la pasta y la salsa de tomate nos entró por la pizza, quizás uno de los platillos más populares sobre la tierra y prácticamente conocido universalmente. Aunque la verdad es que de la comida italiana nos encantan muchos, o prácticamente todos los platillos.

Los italianos se han creado, o les han creado, toda una identidad con el buen comer. Quién no recuerda las legendarias películas de la mafia italiana que gustaban de arreglar sus asuntos siempre en un restaurante y con abundante comida italiana a la mesa.

Y es que para los italianos compartir la mesa tiene toda una connotación cultural de apego familiar, un momento importante y sagrado de convivencia que gustan de aderezar con excelente comida.

Los restaurantes italianos tienen cabida prácticamente en cualquier sitio; la comida italiana es una de las gastronomías predilectas para muchísima gente alrededor del mundo.

La comida italiana en la cocina mediterránea

Contrario a lo que podría parecer por tantos carbohidratos en las pastas, la comida italiana forma parte de la dieta más saludable del mundo, la mediterránea. Y cabría apuntar que además es una de las cocinas más importantes dentro de esta dieta.

La cocina mediterránea se destaca por seguir reglas muy propias en las cuales se comen solo grasas saludables, pocos azúcares y muchos vegetales. La carne y los pescados nunca son el ingrediente principal de un platillo, si no que actúan como un complemento.

Un gran truco de la comida italiana y del resto de las que componen las cocinas mediterráneas es que cuando se utiliza carne se dejan cocinar en su propia grasa, después en lugar de utilizar otro tipo de grasa se aprovecha esa misma para cocinar vegetales si es necesario. Eso por supuesto le da un sabor exquisito al platillo en conjunto.

Otra de las riquezas de la comida italiana es que se fue creando gracias a diversos ingredientes de otros países cercanos y también lejanos que fueron agregando a los productos de origen un toque especial.

El jitomate, un ingrediente imprescindible

Pensar en comida italiana sin salsa de tomate parece completamente ilógico. Pues los italianos deben gran parte de su cocina y su popularidad a México. Sí, el jitomate es de origen mexicano, su nombre original dado por los aztecas era “xitomatl” en náhuatl.

Al principio los italianos utilizaban como ornamento la planta del tomate que había introducido España al continente después de la conquista. Al llegar a Europa y ser cultivado ahí el tomate adquirió un color amarillo. Los italianos compararon los frutos con las manzanas amarillas y entonces le llamaron pomo d’oro “manzana dorada”; así adquirió su nombre italiano pomodoro.

Antes de eso la comida italiana no era como la conocemos hoy por supuesto; el mérito que si se llevan los italianos es que lo aprovechan y valoran casi tanto como nosotros o quizás más pues son uno de los más grandes consumidores de tomate que además cultivan diversas variedades y las aprovechan de diversa forma.

La comida italiana en el mundo

Una clave del éxito de la comida italiana fuera de su país de origen, es que los ingredientes para prepararla son hoy en día de fácil manejo y transportación.

Por ejemplo el aceite de olivo es la grasa vegetal indispensable e insustituible en la preparación de los alimentos mediterráneos; pues les otorga el sabor peculiar que no obtendrían con ningún otro tipo de grasa. La difusión y el comercio de este producto alrededor del mundo, le facilita la tarea a los restaurantes especializados en comida italiana.

Recordemos otra vez que las pizzas son el platillo más representativo y gustado de la comida italiana. Pues bien, ¿te sorprendería saber que fueron “inventadas” por los campesinos? Era la gente muy pobre las que en principio acostumbró a comer pizza, esto era porque el costo de prepararlas era muy bajo y esto les permitía con un par de rebanada engañar al hambre.

Estas mismas personas que estaban hundidas en la miseria fueron las mimas que buscaron emigrar y que llevaron consigo la receta de las pizzas. Por supuesto reprodujeron en casa mucho antes de que se popularizaran, y de la apertura de las grandes cadenas de pizzerías y restaurantes de comida italiana que hoy conocemos.

Uno de los países que recibieron una importante cantidad de inmigrantes italianos fue Argentina. De ahí que en la comida argentina encontremos también muchos platillos idénticos a los italianos; pues después de la carne los argentinos preparas deliciosas pastas y es evidente que no es raro encontrar pizzas en el menú de un restaurante típico argentino.

Comida italiana, mucho más que pizzas

Si bien al pensar en Italia solo vienen las pastas a nuestra mente, la comida italiana es mucho más que eso, como en cualquier otro país la gastronomía cambia de acuerdo a la región.

El norte de Italia es cuna de la famosa salsa boloñesa y del pesto. Aquí son populares los canelones y las pastas rellenas como tortellini, ravioles y cappelletti. También es popular el risotto que tiene como base el arroz.

Otro plato representativo de la comida italiana del norte es el carpaccio: láminas muy finas de carne cruda de cordero, ternera, cerdo o avestruz que se aderezan con limón, aceite de oliva y queso reggiano.

En el centro de Italia se consume más carne en comparación con el resto del territorio. Aquí el cordero, el cerdo y la ternera se sazonan con diversas hierbas y se asan. Van acompañadas de verduras, una de las favoritas la alcachofa.

La sencillez es lo que caracteriza a los platos del sur, que también destacan por ser de los más conocido de la comida italiana; si por supuesto la pizza, el spaguetti y los macarrones.

Sicilia es quizás la máxima representante de la comida mediterránea, aquí las verduras juegan un papel importantísimo y su influencia ha llegado a otras gastronomías. La caponata es un platillo de los más representativos, una preparación solo de verduras entre las que destaca la berenjena.

Por supuesto una buena comida italiana amerita también un buen postre y para ello los italianos no tienen problema, el tradicional tiramisú o un gelato no pueden faltar; o bien, un famoso cappuccino para cerrar con broche de oro.